El Fíat CR 32 fue,
indiscutiblemente, el más famoso biplano de caza italiano que, si bien no muy
veloz, pero excepcionalmente resistente y muy maniobrable, se impuso como uno
de los caza más significativos de la década comprendida entre 1930 y 1940,
también en virtud de un excelente armamento, constituido por dos ametralladoras
Safat, de 12,7 mm, instaladas en la trompa del fuselaje y que disparaban a
través del disco de la hélice.
El ágil biplano Fíat,
proyectado por el ingeniero Celestino Rosatelli, que voló por primera vez el 28
de abril de 1933 piloteado por Francesco Brack Papa era una versión de menores
dimensiones que el anterior Fiat CR 30, del cual conservaba el motor Fiat A 30
R.A. de doce cilindros, de 600 caballos y que resultó extremadamente similar en
su estructura. La reducción de la envergadura y las superficies alares exaltó
notablemente las dotes de maniobrabilidad y velocidad del "32" con
respecto a las del "30", si bien ninguno de los CR 32 de las
versiones Bis, Ter y Quater, que sucedieron a la primera, más liviano, logró
alcanzar las velocidades horizontales y de trepada de éste.
El armamento del CR
32, compuesto por dos ametralladoras Safat de 7,7 mm para las primeras series,
pasó muy pronto a dos de 12,7 mm. Sólo la versión 32 Bis fue dotada de dos
armas alares de 7,7 mm, sumadas a las dos de 12,7 mm del fuselaje, mientras que
su empleo como avión de asalto vio al CR 32 dotado, también, de un modesto
armamento de caída que, desde los 24 Kg. previstos en un principio, llegó
rápidamente a cerca de 100 Kg.
Si bien para la época
fue un excelente caza, el CR 32 denunció al menos bajo un aspecto, el
delinearse de la crisis que tanto pesaría en el porvenir de la aeronáutica
italiana. Su motor tenía no menos de cinco años de vida cuando los primeros CR
32 fueron entregados a la 4a. Ala de Caza Terrestre y empleaba una mezcla
constituida, en cantidad, por el 22% de benzol, el 23% de alcohol y el 55% de
gasolina para avión. Es significativo que precisamente que al empleo de este
combustible, de reabastecimiento más difícil que la gasolina de avión, se
atribuyó el fracaso de las tratativas entre la Fiat y el gobierno de
Chang-Kai-Shek, que en 1934 podría llevar a una considerable provisión de CR 32
a China Nacionalista. En efecto, algunos constructores americanos se vieron
favorecidos al sostener la superioridad de sus aviones, por lo menos en el
plano logístico, con respecto al CR 32, que en diversas pruebas de evaluación
había superado ampliamente a los caza americanos ofrecidos a China.
El CR 32,
suministrado también a Hungría, Austria, Venezuela y Paraguay, se fabricó en
España por la Hispano Aviación de Sevilla a partir de 1938. La aviación
española, por lo demás, ya había recibido por parte de Italia diversos
ejemplares del CR 32 durante la guerra civil, y también Fiat que fue uno de los
protagonistas de la guerra aérea en España. Si bien no alcanzaba la velocidad
requerida para interceptar a los modernos bimotores de bombardeo soviéticos
SB-2, sus dotes de maniobrabilidad y excelente plataforma de tiro le
permitieron, en efecto, imponerse al mucho más veloz monoplano Polikarpov I-16 "Rata", así
como a los más lentos biplanos I-15. Si el monoplano ruso salió mas bien mal
parado del enfrentamiento con el CR 32 las unidades italianas en España
derribaron alrededor de tres aviones por cada uno de los perdidos, esto fue,
por cierto, imputable más que a deficiencias intrínsecas del I-16, al hecho de
que los pilotos republicanos se trabaron contra el CR 32, precisamente en aquel
tipo de combate maniobrado en distancias cortas en el cual el Fiat sobresalía,
en lugar de aprovechar la superior capacidad de velocidad y trepada de su
avión, que por lo demás era el primer representante, aunque imperfecto, de una
nueva y revolucionaria fórmula constructiva.
Paradójicamente, el
éxito del CR 32 en los cielos de España tuvo consecuencias catastróficas para
la Real Aeronáutica. Fue en efecto la errada convicción de que la
maniobrabilidad que el CR 32 demostró estruendosamente en las exhibiciones de
famosas patrullas acrobáticas podía ser un arma decisiva, y que dos
ametralladoras de 12,7 mm constituían un armamento más que adecuado aun para
las futuras exigencias del combate aéreo, para arraigar en la Real Aeronáutica
el axioma de que el biplano era el caza por excelencia, y a hacer que al último
de los 1.212 CR 32, un Quater salido de la cadena de montaje en la primavera de
1939, le siguiera otro biplano dotado del mismo armamento.
Cuando Italia entró
en guerra, los 177 CR 32 en actividad, en la unidades, constituían alrededor de
un tercio de la caza italiana y el entonces anticuado biplano Fíat, no obstante
los años, se batió con honor en África septentrional y oriental, en el Egeo,
Creta e inclusive, en las primeras fases del conflicto, en Malta, siendo sin
embargo, fatalmente barrido de los cielos por el inexorable desgaste y por un
adversario que, progresivamente, ponía en línea aparatos cada vez más modernos.
A pesar de ello, el CR 32 logró imponerse a adversarios del calibre del
"Gladiador", el "Blenheim", el "Hurricane" y
se prodigó en forma sangrienta en la misiones de ataque a tierra en África
septentrional.
Pero la lección que
había debido surgir de las modificadas orientaciones técnicas y tecnológicas de
los otros países, donde el biplano de caza era dejado de lado por el monoplano,
evidentemente no fue comprendida a tiempo por los responsables de la Real
Aeronáutica, que al pedir a Rosatelli un más potente biplano, sucesor del CR
32, cometieron un error de consecuencias particularmente dolorosas para la
aeronáutica italiana y sus pilotos. El sucesor del CR 32, el CR 42
"Halcón" "Falco", voló por primera vez el 23 de mayo de
1939, cuatro y cinco años más tarde que los vuelos iniciales de los últimos
biplanos de caza soviéticos Polikarpov I-153 el ingles Gloster
"Gladiador". Y esto subraya con posterioridad el hecho de que el CR
42, a pesar de su excepcional resistencia y maniobrabilidad fue un aparato que
simplemente no debería haber existido.
Derivado del famoso
CR 32 a través de los modelos experimentales CR 40, 40 Bis y 41, que señalaron
la aparición del motor radial en los biplanos Fíat, el CR 42 fue, por cierto,
el mejor biplano de caza que se fabricó en un considerable número de
ejemplares; pero es menester recordar siempre que, en el momento de su primer
vuelo, caza monoplanos netamente superiores como el "Hurricane" y el Bf. 109, estaban ya desde hacía tiempo, en dotación, en
la unidades de la RAF y la Luftwaffe.
El Fíat CR 42 marcó,
sin duda, el apogeo del desarrollo del biplano de caza.
La estructura era
totalmente metálica, mientras que estabilizador, deriva, borde de ataque y
puntas de ala, dorso y secciones anteriores (hasta el puesto de pilotaje) y
posterior del fuselaje, estaban cubiertos por láminas de aleación liviana, el
resto del avión estaba revestido en tela.
La estructura del
fuselaje estaba constituida por dos secciones de un reticulado, soldado en
tubos de acero de manganeso-molibdeno, sobre cuatro larguerillos
longitudinales, puntales transversales y característicos contravientos
diagonales. En la sección anterior del fuselaje, estaba ubicado el puesto de
pilotaje, protegido por un parabrisas y provisto de asiento regulable.
Las cuatro semialas
tenían una estructura de doble larguero en aleación liviana, con junturas en el
fuselaje y montantes de acero. Las costillas de estructura reticulada,
colocadas muy cerca una de otra, aseguraban la fidelidad del perfil, un
biconvexo asimétrico de borde de ataque bastante afinado.
Los empenajes, de
planta elíptica, tenían estructura de aleación liviana, de tipo de doble
larguero tanto para las estructuras fijas como para las móviles. Estas últimas
estaban revestidas en tela y los dos semielevadores estaban dotados de aletas
de compensación, regulables en vuelo.
El tren de aterrizaje
correspondiente era fijo, con parantes anteriores de acero, cuidadosamente
carenados, amortiguadores oleo neumáticos y ruedas de 600 mm de diámetro
dotadas de freno de aire comprimido.
Los comandos del CR
42 remataban en el bastón y los pedales, desde los cuales partían las
transmisiones que llegaban hasta el elevador, los alerones y el timón. El
bastón llevaba también el disparador de las dos ametralladoras sincronizadas
Safat de 12,7 mm, instaladas en la trompa de fuselaje entre la cabina y el
motor, cuya dotación era de 400 disparos por arma. El motor era de catorce
cilindros en doble estrella Fiat A-74 R.1 C.38, con reductor y compresor de
sobrealimentación, que desarrollaba una potencia máxima de 840 caballos a 2.400
rpm, 790 mm de mercurio de presión de alimentación y a una altura de 3.800
metros. Este estaba instalado en un carenado modelo NACA de buen diseño
aerodinámico, que accionaba una hélice tripala metálica Fíat de velocidad
constante, de 2,80 metros de diámetro.
Las instalaciones de
abordo emprendían la del combustible, que remataba en dos depósitos metálicos
con una capacidad total de 460 litros, protegidos contra el disparo de armas
hasta 12,7 mm de calibre, y colocados entre el motor y el puesto de pilotaje;
el sistema de lubricación, cuyos depósitos, estaban dispuestos en la parte
anterior del mamparo para llamas y con una capacidad para 36 Kg. de aceite.
Desde mucho tiempo
atrás carecía de todo equipo de radio.
Fabricado en un total
de 1.782 ejemplares, el CR 42 no dio origen a versiones importantes, salvo un
ejemplar hidroavión ICR 42 fabricado en 1940 por Construcciones Mecánicas
Aeronáuticas S.A. C.M.A.S.A. de Marina de Pisa, que voló a comienzos de 1941,
pero que no tuvo éxito, y un ejemplar propulsado por un motor lineal alemán,
Daimler-Benz 601A de 1.000 caballos.
El CR 42 fue empleado
en todos los frentes en los cuales las fuerzas nacionales combatieron, con
excepción de Rusia. Los primeros CR 42 empleados en acciones bélicas llevaban,
sin embargo, las cucardas rojas-amarillas y negras de la aeronáutica belga.
El "Halcón"
("Falco") combatió una guerra defensiva y sin esperanzas, en África
oriental, donde tuvo a su más grande as en el capitán Mario Visentin que, ya
con cinco victorias en su haber en los cielos de España en CR 32, conquistó
otras nueve victorias en un teatro de operaciones particularmente duro, hasta
su muerte en combate el 11 de febrero de 1941. El último "Halcón",
con base en Gondar, fue derribado en octubre de 1941; el adversario rindió
homenaje caballerescamente, a la memoria de su piloto, teniente Malvolti.
El CR 42 participó en
la lucha sobre el mar inclusive como avión de ataque, logrando en este último
papel dañar al portaaviones británico "Argus" en junio de 1942.
La época del biplano había llegado a su ocaso desde hacia tiempo y los aviones - que para la Italia cobeligerante el poner nuevamente en servicio fue tarea especialmente ardua - no volvieron a ser empleados en operaciones de primera línea.
La época del biplano había llegado a su ocaso desde hacia tiempo y los aviones - que para la Italia cobeligerante el poner nuevamente en servicio fue tarea especialmente ardua - no volvieron a ser empleados en operaciones de primera línea.